XV Jornadas del SEFT: Adiós, mi España querida: emigración y dictadura franquista

Las migraciones intraeuropeas de la segunda mitad del siglo XX demuestran que, más allá de miopías nacionalistas, la Europa que emergió tras la segunda posguerra mundial se fraguó sobre la movilidad de las sociedades. Una parte de las transformaciones que experimentó la parte occidental del continente durante ese periodo se debió a complejos procesos migratorios. La demanda de trabajadores desde las prósperas economías del norte encontró respuesta en las periféricas y excedentarias en mano de obra ubicadas en el sur evidenciando, adicionalmente, una severa fractura regional. España, que se integró con retraso al flujo de migrantes laborales generado por la pujanza de la reconstrucción europea posbélica, contribuyó entre 1958 y 1975 con una cifra oficial aproximada de 2,68 millones de trabajadores migrantes asistidos, de los cuales menos de la mitad alcanzaron la condición teórica de permanentes (con al menos un año de residencia). Para el caso español se trató de un éxodo inédito y de dimensiones tan extraordinarias que necesariamente activó las agendas intergubernamentales (“diplomacia migratoria”), tuvo efectos en la transformación económica del país y, sobre todo, abrió una vía de comunicación y transferencia entre España y Europa de unas proporciones y una diversidad hasta entonces desconocidas. Estas jornadas se plantean como un foro de discusión y actualización sobre las causas y características de aquel vasto proceso migratorio